Sí están pasando, pasando alrededor de mi.

¿Por qué estoy haciendo el Camino?

Supongo que lo hago así;

para agradecer las cosas que ocurren cada día,
para emocionarme por la amabilidad 
y la sonrisa de la gente.

También para entender usando el cuerpo, que puedo llegar al pueblo,
si doy un paso adelante.

Igualmente para no inmutarme con esta situación rodeada de tantos extranjeros.
(aquí la más extranjera soy yo, pero me siento así.)

A veces, pienso de otras peregrinas; "Oye, ¿cómo puedes entender el Camino, si sigues charlando con tus amigas siempre? o "¿Crees que llegar a Santiago es único objetivo para ti?"

O me preocupa siempre los pies, las ampollas o cuando puedo llegar al pueblo siguiente.

Hablo para mi; ¡No lo digas Ikukito! Siempre hay distintos tipos de personas, 50% vs 50%. 

Y luego me despierto que soy pequeña, porque siempre concluyo tajantemente.

Vamos a dejar de juzgar en el Camino.
Dejamos pasar lo que pasa. 

Lo que ocurre alrededor pasa.
Las escenas de corazón pasan y cambian.

Disfrutamos ese cambio.
Más divertido que estar parado. 

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